El recuerdo de Cafiero en Gesell a cinco años de su partida

El histórico dirigente visitó muchas veces nuestra ciudad, sobre todo en los ’80, cuando lideraba el emblemático Frente Justicialista Renovador. A media década de su fallecimiento lo recuerda el exconcejal Eduardo Provéndola, uno de los referentes que aquel espacio tuvo en la Villa.

Por Eduardo Provéndola (*) | A Antonio Cafiero lo conocí en Enero de 1983, apenas se inició la apertura democrática previa a las elecciones de ese año. Organizamos con los compañeros geselinos un acto político en 3 y 104. Fue una noche de lluvia y viento, pero estábamos tan embalados con esa nueva etapa que se iniciaba, que no nos importaba nada.

Después, ya en 1984, iniciamos el camino de lo que se llamó el Frente Renovador Justicialista junto a Luis María Macaya y con Antonio como conductor. Las autoridades del PJ, con Herminio Iglesias a la cabeza, no aceptaban internas, así que fuimos por afuera de la estructura orgánica y en las elecciones de 1985 conseguimos el triple de votos que ellos en todo el país. En Gesell metimos dos concejales, y yo tuve el honor de ser uno de ellos.

En esos tiempos, Antonio visitó Gesell innumerables veces. A pesar de ser un asiduo veraneante de Pinamar, estableció una relación muy estrecha con la Villa y en particular con la recordada agrupación Arturo Jauretche, epicentro de la renovación local. Después de los actos y las veladas políticas, todo terminaba en largas sobremesas. Recuerdo algunos en el Club de Casa y Pesca, la Cantina Arturito y el restaurant del Atlético, entre otros.

Sus visitas y su contacto con nosotros hizo que nos fuéramos comprometiendo cada vez más con la renovación, la democratización del justicialismo y otros grandes cambios como, por ejemplo, los programas de atención primaria, las obras públicas y, fundamentalmente, la conformación de equipos técnicos capaces de implementar los grandes postulados del peronismo.

La culminación de esa etapa fue con el acceso de Cafiero a la gobiernación de la provincia de Buenos Aires, en 1987. Se llegó con los mejores equipos y las mejores propuestas, pero lamentablemente no se pudieron plasmar las mejores acciones de gobierno y, de a poco, la renovación se fue apagando hasta desaparecer después de perder la interna presidencia con Carlos Menem.

La derrota con Menem limitó para siempre sus aspiraciones en el poder, pero a la vez lo dignificó de una manera superlativa. Porque Antonio era la cabeza del Consejo del PJ y, como tal, tenía la facultad de elegirse a sí mismo como candidato a Presidente para las elecciones de 1989; sin embargo, sabiendo las aspiraciones de Menem, aceptó ir a una interna con él, permitiéndonos a los afiliados peronistas elegir a nuestro candidato presidencial por primera vez en la historia. El mensaje era que, ante la falta de un líder que nos ubicara a todos los peronistas en una misma línea, la alternativa para consolidar nuestro compromiso era construir un partido democrático. Eso permitió la incorporación de numerosos jóvenes a la vida política.

Se podrá coincidir o no con lo que él proponía para el partido, para la provincia de Buenos Aires y para el país, pero a pesar del paso del tiempo muchos seguiremos admirando su lealtad inquebrantable con el peronismo, incluso en tiempos de cárcel, persecuciones y proscripciones. Y, también, su férreo compromiso con la democracia, ya que él ofreció un gran gesto encolumnándose detrás de Alfonsín tras los levantamientos militares, a pesar de que lo común para la oposición política era estar conspirando contra el gobierno. Fue una gran lección que obligó a todos los sectores políticos a asumir su rol de defensa de las instituciones por encima de las internas políticas.

(*) Eduardo Provéndola fue concejal geselino en dos períodos: 1985-1989 y 1995-1999. En la primera etapa lo hizo representando al Frente Justicialista Renovador, el espacio peronista liderado por Antonio Cafiero que en Villa Gesell tuvo su punto nucleante en la recordada agrupación Arturo Jauretche.