Alejandro Sokol y aquel difícil verano geselino con Sumo

La flamante biografía sobre el ex cantante de Las Pelotas narra esa experiencia ya mítica de la banda liderada por Luca Prodan en la Villa, y también el motivo por el cual el Bocha decidió abandonarla tras aquella fatídica temporada de 1984 en Gesell.

 

Por Juan Ignacio Provéndola | El periodista, docente y gestor cultural Isaac Castro acaba de publicar a través de la editorial Sudestada “Alejandro Sokol, el cazador”, una completa, apasionada y merecida biografía sobre el ex cantante de Las Pelotas, fallecido el 12 de enero de 2009 mientras esperaba un micro en la terminal de Río Cuarto, Córdoba.

Es sabido que, antes de cantar en Las Pelotas, Sokol estuvo en los primeros tres años en Sumo, primero como bajista y luego como baterista. En su paso por la banda liderada por Luca Prodan llegó incluso a grabar “Corpiños en la madrugada”, un disco publicado de manera casi artesanal que fue re-editado oficialmente una vez disuelto el conjunto.

La relación del Bocha Sokol con Gesell es extensa, principalmente por la cantidad de shows que dio en la Villa con Las Pelotas, aunque también estuvo en el verano del 2001 como solista, acompañado por los músicos de la banda local Carajo al Monje. 

Pero la experiencia más fuerte que tuvo Sokol con la ciudad se remonta a la época de Sumo, y no fue precisamente la más feliz de todas, al punto que fue en la misma Villa donde tomó la decisión de alejarse de la banda. Toda esa historia es narrada con muchos detalles por Isaac Castro en su reciente libro dedicado al Bocha.

“La famosa gira veraniega por Villa Gesell de 1984, apenas unos meses después de la grabación de Corpiños en la madrugada, fue el detonante de la decisión de Alejandro”, narra Castro. “Los músicos habían desembarcado en la ciudad balnearia con muchas expectativas y una serie de conciertos pactados de antemano. Sin embargo, a causa de un incidente entre Luca y alguien del público durante el primer show, les cancelaron todos los recitales sin cobrar ni un centavo”.

“De golpe, debieron improvisar el hospedaje y literalmente no tenían qué comer -cuentan que hasta llegaron a disputarse una taza de té-. Finalmente, con la ayuda del poeta Fernando Noy, que tenía algunos contactos en esa ciudad, pudieron organizar algunas fechas autogestionadas y recolectar algo de dinero para subsistir unos días. Al volver, el Bocha se despidió del grupo”, concluyó Isaac Castro. 

¿Cuáles fueron los motivos que impulsaron a Sokol a tomar semejante determinación justo en el momento que Sumo empezaba a tocar seguido en el ambiente de pubs porteños, aumentando la atención del púbico? Castro cita una entrevista que el Bocha le había concedido al periodista Dany Jiménez para la revista Rolling Stone en 2008: “Me fui de Sumo sabiendo que Sumo iba a crecer y que yo estaba mal, y que me iba a morir en el estado en el que estaba antes de firmar el primer contrato. Por eso me fui y no me arrepiento de nada”.

Sokol se enteró en Gesell que su pareja estaba embarazada de su primer hijo, Ismael, quien también se convertiría en músico y hasta lo acompañaría en El Vuelto S.A., la banda que el Bocha formó luego de su partida de Las Pelotas. 

En otra cita del libro, la propia mujer le había explicado los pormenores de esa salida a la revista Hurligham Casaxcasa en 2016, con su ex esposo ya fallecido: “La banda había entrado en una etapa más heavy, querían firmar con la CBS y tenían gente más pesada dando vueltas. Había cosas que ya no tenia ganas de hacer, le pareció que venía un hijo y ya era tiempo de cambiar un poco. (…) Él sentía que era lo que tenía que hacer, fueron meses en Gesell bastante duros, no podían tocar en ningún lugar. Fueron tildados como una banda agresiva porque en el primer show que hicieron en la playa hubo piñas y después en un bar también, entonces les hicieron la cruz. Fue difícil porque pasamos hambre de verdad y cuando volví a casa me enteré de que estaba embarazada. Ahí Ale ya no quiso seguir, quería tener una familia normal. Fuimos normales durante nueve años”.