Cuando Gesell fue el paraíso de la juventud (II): Los Inconstantes

Nueva entrega del gran trabajo de investigación realizado por el Museo y Archivo Histórico de la ciudad. Este capítulo habla de la película dirigida por Rodolfo Kühn, estrenada en enero de 1963. El filme fue el primer hito público que llamó la atención de los jóvenes porteños, sorprendidos por lo que sucedía en la Villa.

noticias@gesell.com.ar | Las décadas de 1960 y 1970 trajeron profundos cambios en el mundo occidental. La revolución sexual con la píldora, la guerra de Vietnam, los Beatles, el nacimiento del movimiento hippie, las guerrillas y la Revolución cubana, la muerte del Che Guevara, el Mayo francés, Woodstock, la llegada del hombre a la Luna; la dictadura de Onganía en la Argentina, el Cordobazo, el golpe cívico militar de 1976.

Mientras todo esto pasaba, la pequeña Villa Gesell se transformó en la meca de las vacaciones para miles de jóvenes argentinos, que encontraron aquí la posibilidad de crear, de vivir en contacto con la naturaleza, en libertad y sin formalidades.

Un profundo trabajo publicado tiempo atrás por el Museo y Archivo Histórico de Villa Gesell da cuenta de todo este proceso. El numero equipo de investigación, liderado por la inolvidable Mónica García, contaba con Loudes Puentes, María Siste, Susana Valerga, Verónica Río, Irene Balmayor, Maribel López Fuentes, Teresa Martín y Annie-Laure Taron.

PULSO GESELINO reproduce ese maravilloso análisis en distintos capítulos. Este, el segundo, habla de “Los Inconstantes”, la película dirigida por Rodolfo Kühn y estrenada en el verano de 1963. El filme fue el primer hito que llamó la atención de los jóvenes porteños, sorprendidos por lo que sucedía en esa ciudad que desconocían por completo.

“LOS INCONSTANTES”

En septiembre de 1962 el joven y ya reconocido director de cine Rodolfo Kuhn decidió filmar en Villa Gesell un nuevo largometraje, al que tituló “Los inconstantes”. Eligió estas playas casi desconocidas para ambientar la historia de un grupo de jóvenes porteños de clase media, disconformes, individualistas, vacíos, que buscan “desintoxicarse” de la ciudad y viven durante el verano una especie de “todo vale”, carente de cualquier valor moral. En noviembre de 1962, mientras se rodaba la película, la revista Primera Plana publicó un extenso comentario sobre el argumento y los personajes, de los que dice: “El verano es para ellos una especie de catarsis: llegan a la playa resueltos a liberarse de todo prejuicio y compromiso, persiguen una relación amorosa que dure solamente horas, parecen ansiosos por escandalizar a los burgueses, por demostrarles que ninguna convención ni ninguna costumbre establecida les importa. ‘Quizá por eso, porque se esfuerzan en ser distintos e independientes, resultan demasiado convencionales’, afirma Kuhn”.

Los protagonistas del film eran Gilda Lousek, Elsa Daniel, Virginia Lago (en uno de sus primeros papeles cinematográficos), Mónica Sanz, Alberto Argibay, Luis Medina Castro, Jorge Rivera López, Héctor Pelllegrini y Fernando de Soria. Todos ellos, con una edad promedio de 27 años en aquel entonces. Muchos vecinos actuales de Villa Gesell recuerdan con nostalgia aquellos meses de filmación, en que prácticamente se convivía con todos estos famosos actores y actrices. Incluso hubo varios geselinos que participaron como extras en la película.

“Los inconstantes” se estrenó en enero de 1963, y fue una especie de “boom” entre la juventud porteña. El desnudo de Gilda Lousek sobre las dunas, que dura tres o cuatro segundos, causó escándalo, pero tal vez más que la película llamaron la atención las tapas y las notas de revistas sensacionalistas en las que se hablaba, por ejemplo, de “la dolce vita en Villa Gesell” o “a la búsqueda de la aventura fácil” y otros conceptos por el estilo, que por cierto no coincidían con la realidad de la Villa.

En una entrevista reciente, el señor Sebastián Girometti, pionero de Villa Gesell que abrió su hotel familiar en 1958, recordaba entre sonrisas, a propósito de la repercusión de “Los inconstantes”: “Cuando yo empecé con el hotel fue cuando filmaron esa película aquí (…) Las madres decían: ‘¿Es verdad que hicieron la película de desnudos acá?… Yo no vengo más con mi hija’…”

Pues bien, toda esta prensa sensacionalista generó curiosidad. Muchos se preguntaron entonces por qué no visitar esas playas donde manda la libertad, tan cerca de Buenos Aires, tan agrestes, tan misteriosas… ¡Allá vamos! Y empezaron a venir, especialmente jóvenes intelectuales, estudiantes universitarios de Humanidades, artesanos, músicos, artistas en general.

Poco a poco, esta juventud de los ’60 y ’70, que en Buenos Aires frecuentaba la Galería del Este y el Instituto Di Tella (dos grandes ámbitos de la contracultura), hicieron de Villa Gesell otro de sus lugares predilectos, su paraíso veraniego.