Cinco anécdotas rockeras de Villa Gesell, en la Rolling Stone
El portal de la edición argentina publicó experiencias que tuvieron en nuestra ciudad Luis Alberto Spinetta, La Renga, Sumo, Los Tipitos y el Perro Serrano. Son extractos de distintos capítulos del libro “Historias de Villa Gesell”.
Para muchos artistas de rock  argentino, Gesell se convirtió en un lugar recurrido a partir del ejercicio  profesional. A 
Años después de aquellas  vacaciones en el camping Monte Bubi, 
Luca Prodan: «¡Ustedes son unos boluditos de mierda!»
Con la temporada casi encima,  los propietarios del Balneario Charlie reciben la propuesta de un grupo musical  de nombre curioso. El arreglo parecía convenirle a ambas partes: una serie de  shows durante enero de 
Parecía un negocio redondo.  Pero no. «El sonido del lugar era muy malo y los equipos parecían de  juguete. Además, estaba lleno de gente muy ‘finoli’ que ni nos aplaudía. Luca  se calentó y los empezó a putear. ‘¡Ustedes son unos boluditos de mierda!’, les  decía. No se podía callar», evocó Alejandro Sokol, baterista de aquella  experiencia. Como el balneario los quería despedir sin pagarles, negociaron  seguir tocando por lo que les dejara la gorra. Pero no hubo caso: «Son muy  pelotudos. ¡Parecen una propaganda de Coca-Cola!», les espetaba Luca  Prodan a los quince tipos que miraban absortos. El trato fue disuelto de manera  irrevocable a la tercera noche.
La experiencia fue  catastrófica y el grupo estalló en mil pedazos. Sumo parecía al borde del  abismo después de su primera salida de Buenos Aires, pero el tiempo recompuso  nos ánimos y la banda se reformó con su alineación más recordada. Visto a la  distancia, Daffunchio revaloriza aquella accidentada visita de verano:  «Son las materias que se deben cursar en ‘la historias del rock’. Porque  todos piensan que hay que grabar un disco y listo, pero es necesario capear las  situaciones como vienen».
Luis Alberto Spinetta: El Capitán Beto sobre el cohete de Enjoy
Solo tres acontecimientos  lograron cortar el tránsito en 
Aunque hay unas breves escenas  en una zona de médanos del norte geselino, el relato transcurre mayormente  entre la extinta casa de video juegos Enjoy y sus zonas adyacentes, lo cuál  ameritó cerrar 
Convertida en un objeto de  culto a partir de su nula circulación local, la película fue rescatada de los  tiempos por INCAA TV, que la divulgó por su señal en homenaje a Spinetta. La  nostalgia recorre las nervaduras de quiénes ven esa pieza de 20 minutos de  duración y advierten como protagonista anónimo al cohete de Enjoy, aquella  recordada estructura que irrumpía lateralmente sobre 
Jorge Serrano: Una fábrica de hits se instala en 
Uno de los mejores recuerdos  de su vida tienen fecha y lugar: enero de 1990 en la 106 y 3. «Estaba  comiendo un panqueque en Carlitos y comienza a sonar «Loco (tu forma de  ser)». Era la primera vez que escuchaba un tema nuestro en la radio.  ¡Estaba solo y se me cerró el estómago de la emoción!», evoca Jorge  Serrano en su casa actual, a pocas cuadras de aquel lugar. Desde 1998, el Perro  y su familia decidieron mudarse a Gesell y ya nada los movió de ahí. A Buenos  Aires sólo vuelve si tiene algún compromiso con los Auténticos Decadentes,  aunque la banda también aprovechó su presencia para grabar algunos videos  («La primera lejana» y «La fórmula» fueron rodados en  playas geselinos) y también para descansar en verano.
«Desde que me vine a  Gesell gané mucho tiempo en cantidad y en calidad. No atiendo el teléfono ni  tengo vida social. ¡Ni siquiera voy al centro! Vine para aislarme y quedarme  tranquilo. Estoy con mi familia y me encierro a hacer canciones, que eso lo  hago acá y bárbaro», jura el músico, que en su nuevo destino no sólo  compuso muchos de los últimas temas de los Decadentes, sino también todos los  de Alamut, su primer álbum solista. «Mucha gente me pregunta si  no me aburro. ¡Cómo me voy a aburrir, si es lo que me encanta! Cuando hace  frío, hace frío en cualquier lado y te encerrás en tu casa, salvo que seas un  cadete motoquero y tengas que salir a la calle» explica el Perro, mientras  un sonido externo envuelve sus palabras. Es mar, distante a escasos metros, que  parece darle la razón con el rumor de su oleaje.
Los Tipitos: De la peatonal al Luna Park
Todo comenzó en 1992, con un  viaje multitudinario a un camping al extremo sur de la ciudad. Aunque lo había  organizado una amiga en común, Raúl Rufino y Federico Bugallo no se conocían  entre sí. La música los presentó, primero a través de acaloradas zapadas entre  las carpas, y luego recorriendo juntos los 
A partir de ese entonces, el  grupo tomó por propia aquella esquina de la peatonal geselina y convirtió sus  presentaciones a la gorra en un clásico de cada temporada Las expediciones se  hacían en un maltrecho colectivo que trasladaba a los músicos, sus asistentes,  equipos, instrumentos y distintos elementos de supervivencia. Después de diez  años ininterrumpidos, Los Tipitos alcanzó una inesperada popularidad y se hizo  imposible seguir realizando esos shows íntimos y e informales. Gesell quedó  como el bonito recuerdo de edades más inocentes y sólo en contadas ocasiones  aceptaron ofrecimientos para volver a tocar en alguna sala del lugar  originario. «No queremos ser parte del rebaño, porque nosotros tenemos  otra historia con la ciudad. Preferiríamos siempre tocar en la peatonal bajo  nuestras condiciones y a como dé lugar», coinciden Federico y Pablo, ahora  que tocan en los escenarios con los que soñaban cuando pedían electricidad  prestada a los comercios para tocar en la peatonal.
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