Atlético le tiró todo el peso de su historia a un Marroquí en desarrollo

Aunque los dos llegaban con las mismas ilusiones, el Canario voló mucho más alto y no le dio ningún tipo de oportunidad a un Panchero que, a pesar de haber quedado fuera de la lucha, redondeará a fin de año un gran torneo debut. Fue 3-0.

Foto: Flor Martín

Hasta esta fecha, solo seis puntos separaban a uno de otro, y estaba incluso la posibilidad de recortar la distancia a tres. La tabla de posiciones, entonces, dirá que ambos perseguían el mismo objetivo: salir campeón. Pero esos números quedaron cortos durante los 90 minutos del partido. No representaron lo que sucedió en cancha. El joven Deportivo Marroquí, en su estreno en Primera de la Liga Madariaguense, viene tejiendo una campaña sorprendente a fuerza de entusiasmo. Pero eso, el domingo, no le alcanzó para hacerle frente a un Atlético que impuso otros pergaminos: los de su historia.

No se trata del peso de una camiseta o de la cantidad de campeonatos ganados. Se trata de la vigencia de un equipo consolidado a lo largo del tiempo. El rodaje fue fundamental para encontrar un funcionamiento de juego dinámico y agresivo, y eso fue lo que se vio ayer en el Carlos Idaho Gesell: el choque entre un equipo que tiene un libreto y lo ejecuta con solvencia y otro que está descubriéndose a sí mismo con el estímulo de resultados alentadores (como el triunfo ante Los del Clan o el empate que El León lamentará durante mucho tiempo).

Cuando el rival propone o lastima, Atlético trata de acorazar su última línea y concentrar el juego en la zona media, donde tienen sus mejores elementos. Eso sucedió con El León y San Lorenzo. El Deportivo Marroquí quiso replicar la misma receta ambiciosa, pero la intensidad le duró poco y terminó cediendo espacio y pelota muy rápido. Y el Canario no perdonó.

El local abrió el marcador antes de la media hora con un gol del Pipa Vázquez. Aunque era muy pronto para intuir el desenlace del partido, Atlético redobló su juego de presión y buscó asfixiar al Marroquí en una tarde de sol picante. El premio a esta ambición fue el segundo gol, que comenzó con una salida rápida de manos del arquero Leandro Ullúa y una trepada veloz por el sector derecho que acabó en la red tras una exquisita definición de Lucho Sabalette en la boca del área.

En el complemento, ambos jugaron como si estuviesen convencidos de que el resultado jamás se iba a modificar. El Marroquí procuró contener las embestidas rivales con los obstáculos adiciones del calor y una expulsión y Atlético siguió circulando en la zona de gestación, aunque a otro ritmo.

El local aprovechó los minutos libres del pleito resuelto para probar variantes. Una de ellas consistió en reubicar a Sabalette de la banda a su posición natural de punta, con la cobertura creativa de Nego Díaz, Márcos Zárate y Guille García (apuesta que casi termina con un golazo de Lucho de emboquillada, impedido por el travesaño). La otra, sin Díaz (la cinta de capitán fue para Dani Di Maulo, estandarte de la defensa), planteó una línea media entre Alan Fresco, Zárate y Emmanuel Gómez y un ataque a tres puntas con Sabalette, García y Nico Turienzo de referencia en el área. La tarde tendría lugar para un gol más, ya cuando el partido agonizaba y Atlético había dispuesto de varias chances claras. Fue un zapatazo de afuera del área del lateral Osky Pilloni tras una gran maniobra individual.

El 3-0 mantiene al Canario en la lucha palmo a palmo con El León (goleó 4-0 a Nuevo Amanecer) y San Lorenzo (juega el miércoles ante Defensores Valeria). Para el Panchero significa la despedida de sus ambiciones por el título, aunque está claro que son otros sus objetivos en su torneo debut. Su crecimiento y consolidación como proyecto no dependen de la posición en tal o cuál campeonato, sino del aprendizaje que puedan lograr de sus primeros partidos. De los que ganaron en goles, como los anteriores, y de los que ganaron en experiencia, como este.