“El nivel del tenis de mesa en Villa Gesell es inédito”

Mauro Rossi acaba de salir campeón en Fetemba, la organización más competitiva a nivel nacional, confirmando el gran momento que el deporte está pasando en nuestra ciudad junto con Gabriel Canchelara y Pablo Krotsch.

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“Una vieja frase dice que hay personas nacidas con estrella y otras que nacen estrelladas. Yo le agregaría una tercera opción: los que tienen que ir en busca de la estrella”, dice Mauro. Sus amigos le dicen el Gato, no solo por su amor hacia los felinos, sino también por la plasticidad que siempre tuvo en sus movimientos. Es que ya de chico practicaba cuanto deporte se le cruzara: fútbol (un goleador temible, a lo Martín Palermo), voley (jugando como central en los recordados equipos del Bocha Ortíz), básquet, tenis y pádel. Una admirable predisposición a la actividad física, que un día, sin siquiera sospecharlo, casi llega a su fin. “Todo comenzó hace cinco años, cuando sufrí un desgarro muy grande mientras jugaba al fútbol que hizo que se saliera la inserción de un tendón. Ahí comenzó una secuencia increíble de lesiones”, anticipa Mauro, como quien está por contar una pesadilla.

En plena recuperación sufrió un resentimiento y estuvo parado casi un año. Volvió, recobró el ritmo, pero una noche pisó mal en un pozo y se le distendió el tendón tibial, lesión que los traumatólogos tardaron tres meses en diagnosticarle. Le recomendaron colocarse plantillas a medida, pero se las hicieron mal, no una, sino dos veces. La recuperación fue larga y densa, con entrenamiento físico, pileta y pilates. Hasta que pocos días antes de volver a la actividad padece un nuevo desgarro en la misma zona. El calvario parecía no tener fin. Sin embargo se infiltró y pudo competir en la Copa Ciudad, uno de los torneos más competitivos del tenis de mesa a nivel nacional. “Jugamos en equipo con el Club de Caza y Pesca de Villa Gesell y salimos subcampeones en nuestra categoría. Después de tantas problemas, alguna buena me tenía que salir, ¿no?”, dice Mauro, con una sonrisa irónica. Después de tanta oscuridad, la noche se abrió y aparecieron las estrellas que él buscaba.

El tenis de mesa, su actividad actual, supone también un reencuentro con la infancia. ”Aprendí a jugar los diez años, cuando mi viejo empezó a ir al Club de Caza y Pesca y nos llevaba a mi hermano Bruno y a mí”, cuenta el Gato. “Nosotros mirábamos y jugábamos en la mesa de pool. Luego de un tiempo, Mario Escudé, en ese entonces profesor y hoy amigo, nos hizo pasar para que le empezáramos a pegar a la pelotita. Estábamos mi hermano, Pablito Krotsch, Gabi Canchelara y otra gente que iba, como Lorenzo Sogari, cofundador de la actividad en el club junto con Mario. Jugué hasta los 13 años, cuando opté por el vóley. Después me fui a estudiar Agrimensura a La Plata, y cuando terminé y regresé a Gesell, en 2007, volví al club y me reencontré con Pablo, Gabriel, Lorenzo y Mario”.

Con entusiasmo, seriedad y compañerismo, esta nueva generación de tenismesistas geselinos armó un bloque sólido y competitivo, tratando de buscar nuevos desafíos más allá de la ciudad. Así fue como, poco a poco, comenzaron a participar en torneos. Con el tiempo, también empezaron a protagonizarlos. Y, desde hace un tiempo, incluso a ganarlos, como sucedió semanas atrás con las medallas que Pablo Krotsch se trajo de los Juegos Parasudamericanos de Santiago de Chile, o con el título que el propio Mauro obtuvo el fin de semana pasado en Fetemba, la organización de tenis de mesa más exigente del país. A ellos se les suman también Gabriel Canchelara (con buenos resultados en el circuito TMT) y el histórico Lorenzo Sogari, en gran estado de competencia a los 70 años.

“Cuando vamos a competir a Fetemba, el Club de Caza y Pesca nos banca el combustible y las inscripciones, lo cual nos ayuda para poder participar en ligas que tienen mucho nivel y cuentan con más de 450 jugadores”, apunta Mauro, que el domingo ganó por primera vez un torneo en Tercera División de Fetemba, ganando de punta a punta los seis partidos que tuvo que disputar en el CEDEM de Caseros. “Estamos en una época de auge del tenis de mesa no solo en la ciudad, sino a nivel nacional. Históricamente siempre vino gente al club a jugar un rato o a ver, pero este nivel de competencia es inédito. Somos al menos seis jugadores en distintas organizaciones como TMT, Fetemba o algunos Nacionales. Y, para reforzar el interés, el año pasado organizamos tres torneos amateurs con participantes de Mar del Plata, Madariaga, Pinamar, Balcarce, Pirán y otras ciudades de la zona”, describe el Gato.

Además de jugar en el equipo del Club de Caza y Pesca, Mauro es entrenador de la Internacional Table Tennis Federation y acaba de poner unas mesas profesionales en el complejo Las Cabriadas. Sabe del impulso que está tomando el deporte en Gesell, que no solo es atractivo y amigable, sino que también ofrece un montón de beneficios (“es recomendado por los médicos para gente que tuvo infartos, se comprobó que es muy bueno para evitar el Alzheimer y también ayuda a la integración, ya que lo juegan personas en silla de ruedas o con distintos tipos de discapacidades”, enumera). Y, mientras tanto, guarda un sueño en secreto: “Quisiera poder jugar un Mundial. Aunque sea de Maxis, ya que el tenis de mesa ofrece varias categorías según edades. Porque hay otra frase que dice “soñar no cuenta nada”, ¿no?”.