Historias del rock en Gesell: la nueva sección de Pulso Geselino

A partir de la semana próxima quedará inaugurada una sección prometida desde hace mucho tiempo. Allí publicaremos el producto de una larga investigación sobre la relación de Villa Gesell con la historia grande del rock argentino.

Por Juan Ignacio Provéndola | No es novedad que Villa Gesell cumplió un papel importante en el surgimiento y en el desarrollo del rock argentino. En el verano de 1966, la mayor parte del grupo de jóvenes que el año anterior había realizado en Buenos Aires las primeras experiencias de rock en castellano registradas en Argentina, fue a Gesell a establecer un boliche en la esquina de Avenida 2 y Paseo 107.

Se trató del Juan Sebastián Bar, en el cuál se originó el primer conjunto nacional que grabaría un material fonográfico con ese particular estilo de músico que, si bien ya había adquirido una particular resonancia en Estados Unidos e Inglaterra, aún no había prendido en el mundo hispanoparlante. En efecto, The Beatniks grabó en el invierno de ese mismo año un simple de vinilo con dos temas que habían surgido de las zapadas y las sesiones realizadas en el bar emplazado en Villa Gesell.

Pero ese no fue el único aporte de la ciudad a la por entonces conocida bajo el rótulo de “Música Beat”. Porque si bien es cierto que la escena fue adquiriendo mayor volumen en los ámbitos metropolitanos (Buenos Aires y, en menor medida, Rosario), Villa Gesell con el tiempo fue recuperando terreno para establecerse como una plaza insoslayable a la hora de definir planes para la temporada estival.

Así fue como, verano a verano, el balneario que se recomienda “de amigo a amigo” se acostumbró a cobijar a los artistas de primera línea, quiénes solían presentar sus nuevos discos por vez primera -es decir, antes que en Capital- dada la usanza discográfica de editar los lanzamientos discográficos en el último bimestre del año.

Villa Gesell supo ser el tester de La Máquina de Hacer Pájaros, la agrupación que Charly García lideró tras la separación de Sui Generis, y además fue donde Pedro y Pablo (el legendario dúo encabezado por Miguel Cantilo) hicieron su debut oficial.

Una de las bandas claves de la historia misma del rock argentino vivió la bisagra trascendental que los colocaría en un lugar privilegiado, cuando hicieron base durante todo enero de 1984 en la ciudad. Se trató de Sumo, quién luego de cuatro inolvidables shows tuvieron cambios de músicos y consolidaron la formación con la que se lanzarían a la fama.

Otros dos grupos de la última generación de rockeros dieron sus primeros pasos sólidos en Gesell. Tanto Los Piojos (con sus 15 shows durante enero de 1988 en el bar Tolouse) como La Renga (quiénes habituaban veranear en el camping “Monte Buby” de Rosemarie Gesell), pisaron arenas geselinas cuando apenas eran un puñado de jóvenes desalineados que repartían volantes promocionando sus recitales y que solían actuar con la comida y la bebida como única paga.

Un camino similar realizaron Jóvenes Pordioseros, Villanos y, sobre todo, Los Tipitos, quiénes pese a acostumbrarse a llenar las salas porteñas más importantes, no olvidan que la peatonal de la Avenida 3 fue cómplice de gran parte de su impensado crecimiento de convocatoria.

La historia no termina ahí: Villa Gesell también fue fuente de inspiración para varios de los temas que actualmente conforman lo que podría llamarse como el cancionero popular argentino. Luis Spinetta le compuso “Muchacha ojos de papel” (el espaldarazo decisivo para su banda Almendra y probablemente el hit más trascendente de su dilatada carrera como compositor) a una novia con la que concretó su amor en estas playas. Algo similar sucedió con Los Piojos, quiénes ungieron su gran éxito “Verano del ‘87” en aquella temporada mencionada.

Estos son apenas un puñado de ejemplos dentro de una infinidad de sucesos jamás documentados. Y que, después de largos años de investigación, ahora Pulso Geselino publicará a lo largo de distintos capítulos en la sección “Historias del rock en Gesell”. La semana que viene comienza la primera edición. Esperemos que la disfruten.