Las confesiones de un geselino al que leen 130 mil personas

Franco Tolone creó una fanpage en Facebook, en la que publica manías y obsesiones de la vida cotidiana. Se llama “Confesiones de un enfermito” y a cuatro meses de su creación ya suma 130 mil seguidores en la red social.

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Hay personas que usan las redes sociales para conquistar a la gente. Otras, para provocarla. En este grupo se encuentra Franco Tolone, quien se reconoce como alguien que está más allá de publicar cosas tales como “Feliz viernes a todos!”. “Me gusta llamar a la interacción, ya sea con humor, polémica y creatividad”, dice. Así fue como un día, publicando en Facebook sus propias manías, entendió que no estaba tan solo en el mundo. Sus denominadas “Confesiones de un enfermito” despertaban una multitudinaria reacción entre sus contactos: todos se sentían interpelados, representados o afrentados por obsesiones cotidianas que creían propias y que, en verdad, comparten con muchísima gente.

Algunos le sugirieron que abriera un blog o se animara a un hashtag en Twitter, pero Franco no parecía muy interesado en salirse de su muro. Hasta que, en el último año, comenzó a emerger el fenómeno de las fanpages en Facebook con frases, reflexiones, imágenes o cualquier otro contenido que resulte por un lado atractivo, y por el otro, fácil de viralizar. “Muchas de esas fanpages tienen cosas buenas y originales, otras son una mierda y están mal redactadas, pero a todas las beneficia el momento. Me pareció que la posibilidad estaba por ahí”, recuerda.

Su amigo diseñador Lucas Conde lo ayudó a buscar un logo, un avatar y una portada para Facebook. Utilizaron la representación con piezas que la firma Lego hizo de la pintura El Grito, de Munch. En algún momento se colaba la cara de Pitito, el personaje border de Favio Posca, lo cuál supo generar varias confusiones. “Varios me escribían, pensando que la fanpage era de Posca. Uno incluso me puso: “¡Genio! ¡Te amo! ¿Cuándo venís con tu show a mi ciudad?”. La tuve que cambiar por una foto de Christian Bale, con la esperanza de que ya nadie se confunda”.

La fanpage de “Confesiones de un enfermito” se estrenó el 28 de mayo, y a los tres días ya tenía 1200 likes, algo que estaba dentro de los planes. Luego, la página tuvo un crecimiento discreto. “Todo se estancó. Yo seguía posteando, pero la repercusión era mínima y estaba frustrado. Analizaba las otras fanpages, para ver dónde explotaban, cuál era la fórmula. Pensaba que quizás necesitaba más contenidos tabú, viendo que páginas como «Me cogí a un pelotudo» crecían todos los días de a miles y yo crecía de a treinta”, cuenta Franco.

Hasta que un día, dio con la nota que vibró. Él lo compara a cuando un grupo musical mete un hit y explota. “Un simple “No puedo dormir si las puertas del placard están abiertas” me cambió toda la ecuación. A las publicaciones, en promedio, las compartían diez veces. A esta la compartieron 150 veces ese mismo día (hoy tiene más de 4000). En dos días tripliqué los fans, quienes a su vez compartían el contenido viejo, que no habían visto en su momento”, explica.

El círculo virtuoso entró en un espiral vertiginoso: en la misma semana, publicó la “Confesión” que más alcance tendría: “Cuando alguien escribe con una falta de ortografía, me fijo en el teclado si la letra que puso mal está al lado de la que debería haber puesto. De esta forma, mi cerebro me autoriza a perdonárselo». Tuvo 10 mil likes y la página pasó de 2 mil a 30 mil fans. “No había cambiado nada, la frecuencia era la misma, la temática era la misma, pero aparecieron los hits necesarios para que empiece a funcionar”, reconoce.

Todo comenzó con una “Confesión” personal: «Siempre que paso cerca de un microondas que no está en uso, y veo que alguien dejó tiempo puesto restante, TENGO que apretar «Cancelar» o «Borrar», para que ese tiempo desaparezca. No me puedo resistir, es como que le digo al microondas «’Ahora podés descansar’». Así fue durante un mes, hasta que comenzaron a llover Confesiones ajenas. “Yo soy un enfermito, pero no tanto como para no necesitar la ayuda de de otros pares”, reconoce.

Entre las aptitudes necesarias para que una “Confesión” sea publica, Franco enumera: “Que sea graciosa o tenga algo con lo que mucha gente se pueda identificar. Trato de eliminar obviedades tales como “siempre me lavo las manos antes de comer”. Y, aunque están prohibidas cosas ofensivas hacia un grupo en particular, me siguen llegando varias”.

Al contrario de lo que la mayoría podría imaginar, la mayoría de las “Confesiones” que llegan son bastante inocentes. “A pesar de que le garantizo el anonimato a los que escriben, nadie manda Confesiones irreproducibles. Más allá de algunas un poco bizarras (gente que se come las pestañas, por ejemplo), lo que más me llama la atención es ver lo común que son algunas manías”, cuenta Franco. La repercusión que tuvieron las “Confesiones” inspiraron también la creación de fanpages con contenidos muy similares. Aunque la primera, claro, fue esta. 

A casi cuatro meses de su creación, “Confesiones de un enfermito” tiene 131 mil seguidores en Facebook. ¿Y ahora, qué sigue?: “Me han dicho que haga un libro, me han dicho que lo lleve a la tele. Yo escucho todas las opciones, disfruto de que muchas personas se sientan identificadas con la fan page y me presto a cualquier posibilidad que pueda surgir”, concluye Franco.

 

En Facebook: https://www.facebook.com/ConfesionesDeUnEnfermito