Mar de las Pampas y la Reserva Querandí en Ámbito Financiero

El matutino porteño publicó un extenso artículo sobre el sendero botánico de la localidad del sur del Partido y la increíble reserva natural que rodea al faro geselino. La nota salió en el suplemento “Placer” del diario económico.

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El diario porteño Ámbito Financiero publicó en una de sus últimas ediciones un interesante artículo sobre atractivos del sur de nuestro Partido. De todos esos, destacó el sendero botánico de Mar de las Pampas y la Reserva Querandí.

A continuación, reproducimos la nota completa que realizó el periodista Pablo Domini. Allí también fue incluído un recuadro titulado “Hobbits, hierros y un aeropuerto” que pueden leer haciendo clic aquí.

 

AVENTURAS ENTRE EL BOSQUE Y EL MAR

La playa, ese espacio fundamental en la geografía de todo balneario, es mucho más que una simple extensión de arena que linda con el mar. En Villa Gesell han aprendido a cuidar este ecosistema que, así como tiene una cara agreste y poderosa, ha demostrado que puede sufrir daños irreversibles. Bajo esta consigna los geselinos están desarrollando una interesante fusión al reunir la tradicional propuesta de turismo de playa con fundamentos ecológico y de cuidado del medioambiente. 
Se traza así un círculo hacia el origen de la villa, cuando allá por 1931 Carlos Gesell compró las tierras y, contra el sentido común de la época, construyó su casa sobre una duna para comenzar su proyecto de plantar un bosque junto al mar. A 83 años de la llegada de su fundador, Gesell parece ir por buen camino, con sus bosques y sus anchas playas repletas de arena.

Sendero botánico
Mar de las Pampas es el orgullo del municipio. Ubicada al sur de Villa Gesell propiamente dicha (ver mapa), esta localidad, que creció exponencialmente a partir de 2002, logró preservar su bosque. Fueron clave la ordenada parcelación que se hizo y el mantenimiento del médano al cual cuidan como oro, por ser la barrera que limita y sostiene al bosque y a la playa. Mar de las Pampas fue mucho más planificada que Gesell, acá trabajaron agrónomos y, de hecho, la experiencia que más se observó fue la de Cariló, explicó Mónica García, guía del Sendero Botánico, recorrido que lleva por las calles de arena de Mar de las Pampas, a través de la historia del bosque y de unas 35 especies vegetales señalizadas. Este amable circuito ideado por la Sociedad de Fomento local -gratuito y abierto al público- permite saber que este oasis se erigió en terrenos de dunas vivas, con un permanente movimiento de la arena. Cuando comenzó la forestación, a fines de la década de 1950, se hizo fijó el médano para contener el suelo y así incluir araucarias, cedros magnolias, pinos marinos, jazmín, olivos de bohemia y eucaliptos, entre otras especies. El escenario es hoy perfecto para la filosofía -hoy marca registrada- del Vivir sin prisa que pregonan los habitantes locales. 

Geografía original
En Gesell también hay un desierto, o al menos un paisaje que se le parece mucho en su superficie, ya que en el subsuelo hay agua dulce. Se trata de la Reserva Natural Faro Querandí, al sur de Mar Azul, la última población geselina, sobre unas 5.700 hectáreas de dunas costeras. Esta reserva permite conocer cómo era la geografía de la región antes de la llegada del hombre. Si se destruye el médano, se acaba el agua dulce, sintetizó Alan Rosenthal, de la Dirección de Medioambiente geselina.
Al ingresar cientos de metros en el continente se descubre una gran riqueza paisajística, geológica y biológica, con lagunas de agua dulce que se forman con la lluvia que retienen las gigantescas dunas en su interior, filtrándola a través de la arena. La travesía en vehículos cuatro por cuatro es la forma de acerarse y entender este ecosistema. Es una excursión clásica de Gesell, ofrecida por dos históricas empresas locales (Medaland y Turismo Aventura), que puede incluir la práctica de sandboard, una suerte de surf sobre la arena, desde lo alto de una duna. El punto final del recorrido es el faro Querandí, que data de 1922 y mide 54 metros de alto. Tras subir sus 276 escalones se puede observar hasta 30 kilómetros a la redonda y apreciar el magnífico paisaje de la costa geselina en estado agreste.