¿Narradores o escritores?: un viejo debate de la literatura playera

En verano, la gente se abalanza a comprar libros para leer en su tiempo libre, aunque luego duerman en el fondo de una canasta; mientras eso sucede, nosotros aprovechamos para analizar las preferencias de los lectores de temporada alta.

Por Claudio Ismael García

Stephen King afirma en una entrevista que los libros como “Crepúsculo”, “Las 50 sombras de Grey” o “Los juegos del hambre” no son necesariamente literatura, sino cosas que están en el medio, donde uno puede ir para un lado y para otro. Y, entonces, podemos preguntarnos: ¿son sus libros, literatura? Claro que no. “Carrie”, su ópera prima (y hay que decirlo sin ambages), no tiene calidad literaria. Sin embargo, cuando nos leemos “El resplandor” o “Un Saco de huesos”, nos encontramos con un gran narrador, mas no a un gran escritor.

¿Cuál sería la diferencia? El narrador cuenta una historia como si se la contara a un vecino; en cambio, el escritor, cuenta una historia como se la contara a un profesor. Es decir, de forma culta, pensando más en el estilo que en lo que está contando. Borges es un escritor, (una ecuménica aceptación mundial recibió, recordemos, “Ficciones”, que, con el tiempo, pululó por todo el mundo). Y Stephen King, un narrador. Al anterior lugar común, muchas veces, lo ocultan. En especial las editoriales multinacionales, para vendernos gato por liebre

La gente no tiene tiempo leer una gran novela, porque eso implicaría usar un diccionario o tomarse el tiempo de leer una oración dos o tres veces. Encontramos más entretenimiento en los best-seller que en las novelas cultas. Porque el entretenimiento nos hace sentir más felices, nos hace reír, pasarla bien.

En fin: lo importante es leer. Lo mejor sería leer los dos tipos de novelas. Además, hay cultas que entretienen, como, por ejemplo, “Arrecife”, de Juan Villoro o las novelas de Richard Ford o Rodrigo Fresán.  Tampoco podemos rechazar las novelas de best-seller porque el entretenimiento, sin duda, es una especia de terapia. Por eso los psicólogos deberían recomendar a sus pacientes leer novelas. La literatura cura.