No fue por la Luna que el mar lloró caracoles sobre las playas

Aunque muchos señalaban que se debía a la atracción lunar sobre las mareas, varios especialistas atribuyeron el curioso fenómeno a las corrientes de fondo generadas por las últimas sudestadas, que también arrastraron basura.

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En Pascuas, Gesell lució diferente con sus orillas bañadas de caracoles gigantes, como si el mar hubiese decidido excomulgarse en este fin de semana santo llorando moluscos. Rápidamente, varios vincularon este extraño fenómeno con el del reciente eclipse lunar, teniendo en cuenta la influencia del satélite en las mareas. Versiones que tuvieron que ver más con la sensibilidad poética que con el rigor científico, según apuntaron algunos especialistas.

 “Una causa frecuente de estos varamientos masivos son las intensas corrientes de fondo que ocurren durante las sudestadas, como las que se dieron durante estos últimos días”, afirmó el biólogo Alan Rozenthal, quien también habló de los residuos que el mar también escupió desde sus intimidades hacia las playas: “Toda esa basura también fue arrastrada por las corrientes de fondo. Eso nos da una idea del impacto que tenemos sobre los ecosistemas marinos”.

Durante un primer momento se instó a locales y turistas a devolver los caracoles al mar si los veían varados en las orillas, aunque la mayoría de los moluscos se encontraba sin vida tras haber sido furiosamente arrastrados por el agua y yacer toda la noche en la arena. Por eso, varios los recogieron en bolsas para higienizarlos y atesorar ese tesoro que el mar conserva con celo o expulsa con furia: la caparazón, cuerno encantado que conserva en su interior la melodía íntima del mar.