Según estudio, la Costa Atlántica pierde un metro de orilla por año

Así lo acaba de revelar una investigación del diario Perfil, donde se citan distintas voces calificadas y una investigación al respecto de la Universidad de Mar del Plata. En el comparativo, Gesell tiene un índice bajo, aunque diversos especialistas subrayan la potencial peligrosidad de esta tendencia atribuida a varios fenómenos.

noticia@gesell.com.ar | En la costa marítima bonaerense se pierde por la erosión en promedio un metro de playa por año, según un estudio de la Universidad Nacional de Mar del Plata. De acuerdo a fotografías e imágenes satelitales, esta tendencia se viene dando en los últimos 20 años.

Así lo refleja el diario Perfil en un informe publicado el último domingo por la periodista Cecilia Farré. “Desde los 90 estamos midiendo y viendo retrocesos. Eso no quiere decir que siempre tenemos un metro por año sino que hay años en que no retrocede y en otros, por ejemplo, las tormentas provocan un retroceso de tres o cuatro metros”, le explicó a Perfil Federico Isla, investigador del Conicet y director del  Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario de la Universidad de Mar del Plata.

Además de las sudestadas, lo que favorece a este fenómeno son las construcciones que alteran el proceso natural de circulación de la arena. Según Isla: “La erosión es más grande en el centro de Villa Gesell y de Pinamar porque al construir y disponer el movimiento de la arena, han alterado el equilibro que había naturalmente entre la playa y los médanos”. El año pasado una obra de refulado de arena en Playa Grande, Mar del Plata, debió ser suspendida. “Lo que estaban haciendo era cambiar el perfil de la playa y aumentar la pendiente, por eso lo alertamos”, advirtió Isla sobre la necesidad de tomar medidas validadas por científicos.

Si bien en algunos lugares se hicieron obras como espigones y se logró revertir el proceso localmente, muchas de ellas provocaron que haya más erosión en la playa vecina. En otros casos, el problema se originó por forestación de la duna litoral, como en Valeria del Mar, “donde las playas se han vuelto angostas porque los médanos forestados captan la arena que se vuela de la playa y ya no vuelve”, aclaró el investigador.

Cambio climático. (…) Focalizado en la influencia del cambio climático en las olas, el investigador Walter Dragani, del Servicio de Hidrografía Naval, observa que este fenómeno “trae aparejado un corrimiento de los grandes sistemas atmosféricos hacia el Sur ligera y muy lentamente, lo cual hace que los vientos del Este sean un poquito más intensos y frecuentes, lo que lleva a que la altura de las olas se incremente unos pocos centímetros por década”.

Los estudios indican que el cambio climático estaría asociado al aumento de la altura de las olas y la frecuencia de tormentas, lo que lleva a un incremento de la erosión. “La costa bonaerense tiene playas con un ciclo que si bien se puede erosionar, si hay suministro de arena y condiciones favorables se recupera. En cambio, la bahía tiene una escarpa de unos 80 centímetros que si retrocede no se recupera”, concluyó.

El peligro de los derrumbes. Otro de los problemas vinculados con la erosión costera es la desestabilización de acantilados provocada por las olas cuando pueden alcanzar el pie de estas barrancas. Esto puede llevar a derrumbes de los acantilados y provocar accidentes, e incluso la muerte de personas que buscan protegerse del sol. Este peligro existe en la costa marplatense. El año pasado una nena murió aplastada tras el derrumbe de una parte de un acantilado en la mencionada ciudad balnearia. El director del Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario, Federico Isla, advirtió que algo similar puede ocurrir con las construcciones balnearias en áreas de dunas que están abandonadas y se encuentran en zonas de peligro de derrumbe o deslizamiento. Sobre las obras destinadas a frenar la erosión, Dragani, del SHN, destacó que “es importante concientizar a los municipios para que hagan un plan de monitorio ambiental lo más integral posible. Si no tomamos mediciones continuas y sistemáticas no tendremos un panorama de lo que está pasando, ni un plan”.