Un año más tarde fue promulgada la ordenaza “antipirotecnia”

Conrado Zubarriain, de 11 años, y Nicolás Aguirre, de 22, habían juntado 2 mil firmas para que el HCD local tratara el proyecto. El cuerpo lo aprobó, pero el Ejecutivo le dio sanción recién esta semana. La restricción rige para todo el Partido de Villa Gesell.

Todos sabemos que la pirotecnia supone grandes riesgos en la salud de quienes la utilizan (varios de ellos irreversibles, como la disminución de algunos sentidos o la pérdida de miembros). También somos concientes del daño que los estruendos ocasionan en animales domésticos o silvestres, e incluso del peligro de incendio al que se exponen las zonas de bosques y pastos que actúan como reguero de pólvora al mínimo contacto.

Sin embargo, el millonario negocio, las presiones comerciales y ciertas tradiciones inentendibles pueden más que el sentido común y la estadística científica, permitiendo el uso de elementos que provocan luces y colores, pero también dolores y tragedias. Atentos a esto, los geselinos Conrado Zubarriain, de 11 años, y Nicolás Aguirre, de 22, iniciaron en diciembre del año pasado una campaña de concientización en la ciudad que logró una multitudinaria adhesión popular.

“Empezamos cada uno por su cuenta en Facebook para prohibir la pirotecnia. Ese mismo día nos conocimos, debido a que nuestras páginas tuvieron repercusión, así que nos unimos y empezamos a juntar firmas”, cuenta Nicolás, que administra el sitio Gesell, pirotecnia cero, mientras que Conrado creó Villa Gesell, zona libre de pirotecnia“Lo queremos por nuestros animales, por la vida, por la naturaleza, y también para evitar malos gustos”, resumen Nicolás.

La campaña comenzó en la puerta del Banco Provincia y continuó en la Plaza Primera Junta, mientras simultáneamente un grupo de voluntarios recorrió el centro y la playa. Además, se dejaron planillas en distintos comercios de la ciudad.

Después de reunir más de 1700 adhesiones, Conrado y Nicolás se juntaron con la filial geselina de la organización Surf Rider y juntos redactaron un Proyecto de Ordenanza que fue presentado en la mesa de entradas del Concejo Deliberante. La idea era simple y sensata: que los 14 ediles locales lo lean, se concienticen y le den tratamiento legislativo a una normativa que desborda sentido común y requiere a su vez una seriedad inédita para los convulsionados tiempos que corren.

El Proyecto en cuestión, titulado “Pirotecnia”, planteaba “prohibir la comercialización, tenencia, uso, manipulación, depósito, circulación y transporte de elementos de pirotecnia”, entendiendo a éstos como “la técnica de fabricación y utilización de materiales explosivos, incluyendo cohetes, petardos, rompe portones, bombas de estruendo, cañas voladoras, luces de bengala, fuego de artificio y cualquier otro elemento similar de carácter pirotécnico que produzca combustión”.

El cuerpo legislativo local aprobó la iniciativa, pero como el Poder Ejecutivo no puso si forma el proyecto no tenía fuerza de ley. Esto, finalmente, sucedió esta semana. Después de un año, la restricción toma status de Ordenanza Municipal y deberá ser aplicada en todo el Partido de Villa Gesell. Por primera vez, la ciudad tendrá fiestas sin fuegos, estruendos y animales conmocionados. ¿Será así? Ojalá.