UNCIPAR 2014: lo corto y bueno, dos veces es bueno

Se aproxima Semana Santa y, con ella, un clásico de las últimas tres décadas en nuestra ciudad: el evento de cortometrajes y cine independiente más importante del país, conocido comúnmente como el Festival Uncipar.

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El cine comercial, con su estructura elefantiásica a cuestas, solo deja unos pequeños resquicios para el resto de la industrial fílmica que prefiere moverse al margen de estos carriles. Uno de ellos es el histórico festival que organiza en Gesell la Unión de Cineístas de Paso Reducido, convertido con el tiempo en la trinchera de quiénes aún prefieren mostrar sus destrezas en 16 mm (o su sucedáneo en el tiempo, el Súper 8).

“El festival es un lugar de encuentro de los jóvenes realizadores y una forma de intercambio de experiencias en el campo de la producción audiovisual”, resalta Ernesto Flomenbaum, presidente de UNCIPAR. Proveniente del ámbito de las artes plásticas, Flomenbaum ingresó en el mundo del cine en 1988 con la fundación del Cine Club TEA, un espacio en el barrio de Palermo dedicado “a actividades de cine-debate, seminarios y cursos dirigidos al público en general y a la formación de espectadores”. Desde 2004, es programador del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, mismo año en el comenzó su vínculo con UNCIPAR, primero como preselector de cortos del festival, más tarde como coordinador del jurado nacional y, desde 2010 a cargo de la presidencia.

“El corto no tiene las mismas posibilidades de ser visto que un largometraje, aunque aún estos mismos encuentran dificultades para ser exhibidos a causa del gran aparato publicitario y al peso que tienen las grandes cadenas exhibidoras a la hora de condicionar los films que se programan en las salas”, explica Flomenbaum. “Tampoco los cortos suelen obtener una justa retribución por los derechos de exhibición, así que al cine independiente le queda como opción las salas alternativas que no responden a pautas comerciales, aunque el concepto de ‘cine independiente’ es hoy en día tan lábil que ya no pasa por ser profesional o amateur, sino por su forma de producción y circulación”.

Formada en 1972 con el propósito de crear un circuito de exhibición independiente, la Unión de Cineístas de Paso Reducido (UNCIPAR) organiza desde 1979 las Jornadas Nacionales de Cine y Video Independientes en Villa Gesell. Es el festival activo más viejo de su género en todo el país, y con el transcurso de los años fue incrementando su prestigio y su complejidad logística hasta convertirse en la usina técnica y creativa preferida por los especialistas de narraciones fílmicas en tiempos breves. Por sus pantallas pasaron realizadores luego reputados en el campo de los largometrajes tales como Adrián Caetano, Juan Taratuto y el geselino Fernando Spiner, cuya obra “Testigos en cadena” fue premiada en 1984.

En la actualidad, las películas inscriptas (que no deben superar la media hora de duración) son preseleccionadas por UNCIPAR para diversas competencias. En “Programa Argentino” se difunde la producción nacional que aspira, además, a participar del UNICA (Union Internationale du Cinema et Video), el festival mundial más importante del cine no profesional que se realizada ininterrumpidamente desde 1931 y que este año se desarrollará en Eslovaquia (se hizo dos veces en Argentina: en 1985, en Mar del Plata, y en 1993, en Carlos Paz).

Desde 1983, además, se entrega el premio “Georges Méliés”, dispuesto por la Embajada de Francia y la Fundación Cinemateca Argentina (y, últimamente, también por la revista Haciendo Cine) a películas que responden a un eje conceptual anunciado durante el transcurso del festival. También se entregará el premio SICA “Tato Miller” a la realización que se destaque en contenidos sociales y humanísticos, habrá una sección competitiva internacional